Kubrick tiene algunas película cuya
temática es difícil y un tanto grimosa:
Lolita (1962), La naranja mecánica (1971) y La
chaqueta metálica (1987). Ya sé que hay otras en su filmografía insertadas
entre ellas. Pero en estas hay algún elemento en común: el mal.
Probablemente, también podría incluir bajo esa categoría El resplandor (1980) y alguna escena de 2001: una odisea del espacio (1968). La primera no es muy de mi
agrado, no me gusta pagar para pasar miedo. Pero, además, en este caso se añade una circunstancia especial: fui en una ocasión a un cine de Valencia en el que
hacían un ciclo de Kubrick; yo me siento incapaz de ver más de dos películas
seguidas, así que intenté llegar a tiempo a Lolita
y a ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (1964).
Pero el autobús recorrió una ciudad inusualmente vacía, por lo que entré a la sala cuando
a El resplandor le quedaban unos
veinte minutos, en el momento en el que un tipo enloquecido iba dando hachazos
por todas partes y finalmente se quedaba tieso en la nieve. Todo el mundo
gritaba y yo tenía que hacer verdaderos esfuerzos para que no me diera la risa,
todo eso que aparecía en la pantalla me parecía ridículo, lo que no es buena
cosa en una película de terror. Si hablamos del espantoso doblaje, eso ya es de
traca, aprovechando que estamos en Valencia. O sea, que cuando la volví a ver
años después sabía el final y no me quité de encima la primera sensación de
hilaridad.
Respecto a 2001…,
no sé si soy capaz de escribir cosas con demasiado sentido, lo intentaré en
otra entrada. Tiene multitud de temas involucrados y en algunos soy un perfecto
ignorante. De momento vamos con Lolita.
Está basada en una novela de Vladimir Nabokov,
que también escribió el guion.Cuenta la historia de una relación a dos bandas
entre el protagonista, Humbert Humbert, la señora Charlotte Haze y su hija
Lolita. En la película se aumenta levemente la edad de Lolita, hasta los 15
años. Pero aún así fue un bombazo, de taquilla y de opiniones encontradas. La
novela ya había supuesto un escándalo cuando se publicó en Europa, a ver si
vamos a creer que esto de los altercados por la publicación de libros o rodaje
de películas es de ahora…
La novela comienza así: “Lolita, luz de mi
vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía…”. Vaya comienzo. Lo malo
es que la actriz que interpretó a Lolita,
Sue Lyon, tenía solo 14 años, ni siquiera la edad para leer el libro y tampoco
para asistir al estreno de la película, prohibida para menores de 16. Desde
luego, en la película hay una historia de ímpetu pedófilo que hoy nos parece
repugnante. Eso de que el amor no tiene edad vamos a dejarlo, las leyes tienen
su alcance y sentido. Desde luego, no soy una persona que esté cómoda en estos
asuntos, que conviene tratar con cuidado y muchísimo respeto a los menores. La
frivolización de estos temas y jugar maliciosamente con ellos no es algo que me
guste ni un poco. Desde luego, es una extraordinaria película y un libro
magnífico, pero cuidado, hay muchos modos de leer las cosas. En El banquete de Platón también aparece Sócrates,
que acude con otras personas a un lugar en el que se va a comer, hablar y hacer
elogios al amor. Uno de los asistentes, un alumno del filósofo, cuenta
despechado como el maestro no accedió en esa ocasión a sus requerimientos
amorosos. ¿Es esto lo que debemos retener de la obra? Es más, ¿es lo esencial?
En absoluto: el diálogo habla del amor, del bien y de la belleza, no cojamos el
rábano por las hojas, como dice el refrán. Por supuesto, no soy partidario de
las prohibiciones que los puritanos promueven en todo el mundo. Al ritmo que
vamos, acabaremos por prohibir cualquier frase que alguien interprete desde su
particular visión del mundo como ofensiva, por si acaso. Sí soy partidario de
saber qué vamos a leer y de tener en cuenta circunstancias, tiempos e
interpretaciones. Del mismo modo que no explicamos integrales en preescolar,
tampoco todos pueden acercarse a todo. Creo que esto no es censura, sino
educación. La censura no es tratar a los niños como tales, sino tratar como
niños a los adultos, incapacitarlos para decidir por ellos mismos qué pueden
ver o leer. El Estado censor se autoproclama paternal vigilante y sancionador
de la pureza de sus súbditos, porque ser ciudadano es otra cosa.
Este
tema nos llevaría a otro de aún más enjundia: definir con exactitud qué es la
censura y en qué casos está legitimada. En tiempos no demasiado lejanos en
España, cualquier atisbo de crítica al régimen estaba severamente censurado.
Los autores y directores tenían que someterse a ella si querían ver sus
libros en los escaparates y las películas en los cines. Lo malo es que a veces
la censura era de tal magnitud que la obra quedaba privada de su sentido, su mensaje y
algunas cuantas páginas o minutos. Hablamos de ello en otra entrada anterior.
Pero estoy recordando ahora una excelente película que todo el mundo puede ver
tranquilamente en casa con sus hijos, Gilda
(Charles Vidor, 1946), si es que logra convencer a sus hijos para ver una
película antigua en blanco y negro. Según afirma Miguel Pina, “los obispos
consideraron a Gilda como
gravemente peligrosa para la moral y la clasificaron para mayores de 21 años.
Esto no hizo otra cosa que aumentar la leyenda y el deseo de los espectadores
por visionarla. Rezos, protestas y diversos boicots frente a los cines donde se
exhibió aún causan perplejidad mundial por lo exagerado de la reacción de
dichos sectores de la sociedad. (…) algunos arzobispos españoles amenazaron con
la excomunión a los fieles que osaran a ver el largometraje. Y todo por el
famoso guante de Gilda que en
definitiva era lo único que se quitaba” (1). Mi santa madre me contó que el sacerdote
que oficiaba en cierta iglesia de Guadalajara acudía a la taquilla del cine en
que se proyectaba para amenazar con no dar la absolución en la confesión a sus
parroquianos. Rita Hayworth (originariamente Margarita Carmen Cansino, de ascendencia española) era, según parece, muy peligrosa si cantaba y se quitaba un guante.
La censura campó a sus anchas durante muchos años, con sus brazo eclesiástico y civil en estrecha colaboración, por muy
ridícula o repugnante que nos parezca ahora. Hoy, que tenemos a nuestro alcance
todo el mundo a golpe de clic, nos parece de otro siglo. Y es que,
efectivamente, fue de otro siglo, concretamente del siglo pasado. La censura
cinematográfica en España no fue implantada por Franco como mucha gente cree,
sino por Alfonso XIII en 1912 y no desapareció en España hasta finales de 1977.
Hoy tiene otras formas, más sutiles, pero no menos efectivas. Hoy se censura
haciendo imposible la publicación o la exhibición de algo. Algunos gobiernos se esfuerzan en controlar los buscadores de Internet para que sus súbditos no ven lo que no conviene que vean. Además, No olvidemos que los
grandes medios de comunicación de masas son grandes empresas capitalizadas y
que ese capital tiene titulares. A ver quien se atreve a hace un reportaje
sobre la corrupción en cierta empresa española… que es la dueña de dos cadenas
de televisión (es un ejemplo, un suponer; que nadie me demande por difamación).
En esas dos desde luego que nadie. Luego está la publicidad, temerosa de
ciertos temas y poco proclive a anunciarse en programas o empresas de
comunicación que causen escándalo. Los consumidores amenazan en ocasiones con
boicots a algunas marcas que patrocinan esos programas. Consecuencia: se retira
la publicidad y el programa cierra o suaviza sus contenidos. Quien dice el
programa dice la película, el periódico, etc. Así, algunos autores se
autocensuran por miedo a que su producto no encuentre distribución o, aun peor,
sea boicoteado.
No
obstante, a veces ocurre justamente al contrario. Se habla tanto (esto es lo
importante) y tan mal de una película o libro, que la gente tiene curiosidad
por él. Pasó en 2018 con el secuestro del libro de Nacho Carretero Fariña, que hablaba del narcotráfico
gallego y se encontró con ventas que no esperaba. Pasó con Teledeum, obra de Els Joglars en 1984, que llenó los teatros
También ese mismo año con Yo te saludo,
María (Jean-Luc Godard) o con Jesucristo
Superstar (Norman Jewison, 1973)… En el franquismo la lista es infinita;
padeció especialmente la censura Luis Buñuel, que tuvo que hacer buena parte de
sus películas en Francia y en México.
Sin embargo, si vemos las obras citadas antes (y muchas otras) con distancia, ni son tan escandalosas ni tan provocadoras. Incluso, pasado el tiempo, vemos que muchas de ellas son vacías y ramplonas y que lo que buscaban era justamente el escándalo y la censura para aprovecharse de esa victimización. Insisto: algunas. Otras como la delirante La vida de Brian (Monty Python, 1979), conservan su inmenso y descacharrante humor cuarenta años después de su estreno, pese a que en algunos países estuvo prohibida: por ejemplo, ocho años en Irlanda y uno en Noruega, país que goza de fama de liberal, pero que aquí no lo fue tanto y finalmente la autorizó solo para mayores de 18. Es más, la película estuvo a punto de no rodarse porque la discográfica EMI, que iba a ser la que ponía el dinero, se echó atrás porque a muchos les parecía blasfema. Fue el exbeatle George Harrison el que puso el dinero encima de la mesa hipotecando sus propiedades. Aquí la censura tenía el aspecto de un cierto número de billetes de banco.
El
propio Kubrick, del que llevamos un tiempo hablando, la padeció repetidamente e
incluso llegó a autocensurarse impidiendo la exhibición de La naranja mecánica en el Reino Unido (se explica en un enlace al
final). La película fue prohibida en muchos países: Australia, Reino Unido,
Francia, España, Estados Unidos… Por cierto, en este país, cuando se autorizó
tras eliminar treinta segundos, fue clasificada X, que es también un modo de
censura, el destierro a un cine marginal y de escaso rédito comercial. No sé si
al personal le suena un tal Almodóvar… Pues en alguna película ha tenido que decidir si cortaba o
no ciertas escenas para que no lo desterrasen a las salas X. Y eso es mucho dinero.
Enlaces
sobre la censura en el cine:
Sobre la prohibición de La naranja mecánica:
Rita Hayworth canta en Gilda:
https://www.youtube.com/watch?v=JsfZX7H_-nA
Procedencia de las imágenes:
http://www.benitomovieposter.com/catalog/lolita-p-23639.html
https://www.filmaffinity.com/es/film943832.html
http://loquesomos.org/la-vida-de-brian-en-filmoteca/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se ruega educación en los comentarios. No se publicarán los que incumplan los mínimos. El moderador se reserva el derecho de corregir la ortografía deficiente.