Es posible hacer una distinción entre filosofía occidental y filosofía oriental. En opinión de algunos, tal distinción marcaría la diferencia entre lo que es filosofía y lo que no lo es. Por ejemplo, para el pensador alemán Heidegger, no puede hablarse de filosofía oriental "porque la 'filosofía' es, en esencia, griega" (¿Qué es filosofía?). Es la tradición racional griega la raíz y germen de lo que entendemos en Occidente por "filosofía". La llamada "filosofía oriental" sería, en rigor, otra cosa.
La tradición de la filosofía occidental ve en ésta un hecho de la razón y un esfuerzo de ésta, y sólo de ésta, para dar un fundamento racional al mundo. Se trata de una actividad explícitamente preocupada por establecer sistemas conceptuales, fundados lógicamente y con pretensiones, si no de verdad matemática, sí de verdades razonadas. La razón, por tanto, sería tanto el ámbito (el qué) como el método (el cómo) de la filosofía. Esta razón se complementa con la exigencia de un lenguaje objetivo (o, al menos, intersubjetivo), alejado de la emotividad psicológica o de la sensibilidad religiosa.
Fijados estos presupuestos, la llamada "filosofía oriental" no debe ser entendida como una filosofía propiamente dicha, puesto que en ella no puede diferenciarse lo racional de la emotividad psicológica y de la vivencia religiosa. Esta concepción unitaria de razón-emoción-fe, se expresa en un lenguaje no vinculado a la exigencia lógico-racional, emotivo y subjetivo, quizá más sugerente, pero teñido de ambigüedad y no de precisión. Todo ello constituye una verdadera sabiduría no filosófica, pero no una filosofía en el sentido que nosotros damos tradicionalmente a esta palabra.
El sabio oriental no es un sabio en virtud de su saber racional solamente, sino también -y sobre todo- por la práctica ascética, la vivencia mística, la comunicación religiosa con la naturaleza, el dominio de los poderes psicológicos de la mente e, incluso, por la gimnasia y el ejercicio corporal. Su lugar no es la escuela o la universidad, sino el monasterio, porque su enseñanza y su práctica no proceden ni se dirigen a la razón, sino a todo el hombre como parte integrante e integrada en el Universo. No existe en la sabiduría o filosofía oriental una conciencia propia del hombre, su libertad y su razón como distintos y diferenciados de la naturaleza.
Actualmente, no obstante, la distinción es menos clara por la aparición en occidente de filosofías vitalistas, irracionalistas y existencialistas. En cualquier caso, estas nuevas filosofías se asientan sobre (aunque sea contra) la tradición griega. Tal tradición no existe en el caso de la filosofía oriental, que se asienta sobre presupuestos, problemas y sensibilidad distintos de los griegos. Por lo tanto, aun si aceptamos utilizar la expresión filosofía oriental, debemos tener claro que estamos hablando de otro tipo de filosofía.
Elaborado a partir del libro de Manuel Maceiras: ¿Qué es filosofía? El hombre y su mundo, ed. Cincel, Madrid, 1985.
CUESTIONARIO:
1.
Señala dos diferencias entre la filosofía oriental y la occidental.
2.
Explica las frases del texto que están en negrilla.
3.
Define estos conceptos: Intersubjetivo,
Emotividad, Razón, Fe, Tradición.
4.
¿Cómo es posible que la filosofía oriental sea una sabiduría no
filosófica?
5.
Establece la tesis o idea principal del texto.
Procedencia de la imagen:
http://territoriohuelva.com/actividad/filosofia-de-oriente-y-occidente/
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