sábado, 4 de julio de 2020

Diario de un profesor peliculero (22): de la lógica (que no es opinable ni tiene alternativa)


Estoy haciendo malabarismos para no hablar de otro de los grandes temas de El nombre de la rosa. Pues sí: la teoría del conocimiento. Cuando en clase tocamos el tema os empieza a dar la flojera, el bolígrafo aumenta de peso y no hay modo de meteros el gusanillo de esta parte de la filosofía, tan emparentada con los saberes científicos.

Empezaré por algo muy simple: opinión y certeza. Sabemos desde Platón que la opinión (doxa) es algo relativo, particular, sujeto a error y a menudo prejuicioso. Por el contrario, la certeza (episteme) es universal, eterna y verdadera. Platón explicó esto muy bien en el texto que mayor influencia ha tenido en la historia de la filosofía, el llamado mito de la caverna. No me extenderé demasiado: unos prisioneros atados de pies y manos desde niños ven reflejos en el fondo de la caverna y oyen ecos de algo que sucede tras ellos y que no saben. Toman la apariencia por realidad. Pero si fueran desatados, contemplarían con esfuerzo y dolor qué es lo que provoca su ilusión y que fuera de la caverna hay realidades de rango mayor, gobernadas-iluminadas por el sol.

Bien, sólo con el mito o alegoría de la caverna tendríamos para unos cuantos centenares de páginas. Como no es cuestión de aburrir al personal, lo referiremos al cine (al final hay una serie de enlaces sobre la alegoría platónica que pueden utilizarse para ampliar).

Archivo:Socrates and Plato Socrates y Platon, Escuela de Atenas ...Platón ha dividido en dos la realidad: mundo sensible y mundo inteligible, que pueden ser conocidos respectivamente por la doxa (aunque esto, en rigor, no es conocimiento) y la episteme, que es a lo que hoy llamaríamos ciencia. El problema es que Platón privilegió lo intelectual y despreció tajantemente la realidad, rompiendo en dos la ontología (estudia el ser, lo real) y la gnoseología (estudia el conocimiento de esa realidad). Este problema se arrastra durante toda la historia de Occidente al menos hasta Kant. Sin embargo, el propio discípulo de Platón, Aristóteles, dio un buen tirón de orejas al maestro. No es que negase la existencia de ideas o entidades abstractas, sino que decía que para alcanzarlas hay que partir de la realidad empírica, esto es, de los hechos, de lo que nuestros sentidos captan.

Mejor que una explicación es una imagen. Rafael pintó a comienzos del siglo XIV el cuadro La escuela de Atenas, un grandísimo póster sobre todos los grandes sabios de la Antigüedad que puede verse en los Museos Vaticanos. En el centro del cuadro vemos a Platón, con barba blanca, señalando con el dedo hacia lo alto, señal de que es allí donde hay que mirar, a las ideas, a lo eterno e imperecedero, despreciando lo sensible (“Lo esencial es invisible a los ojos” se dice platónicamente en El principito). Precisamente es lo material lo que señala un Aristóteles más joven, mirando de reojo a Platón, como recriminándole su insensatez intelectual: “Que no, maestro, que hay que partir de lo empírico”. El mayor crítico de Platón fue su mejor discípulo, como debe ser. Al fin y al cabo, la función de la educación -y, desde luego, la filosofía- no es buscar fieles, sino pensadores autónomos. Platón ha criado a Aristóteles pero también le ha inoculado el molesto vicio de pensar por sí mismo y de no creer, no aceptar algo sin pruebas, sin razonamiento, porque sí. Yo os digo eso muchas veces: no creáis, en los profesores tampoco. No porque queramos engañarnos, sino porque nuestra misión no es esa. Quiero imaginar a Platón inquieto pero feliz por esa traición.

¿Y entonces qué es Guillermo de Baskerville? ¿Es un platónico o un aristotélico? Es complejo responder a esa pregunta. Por simplificar un poco, diré que la llegada del cristianismo a Occidente plantea la necesidad de elegir cuál es el soporte filosófico del cristianismo. Al principio se eligió a Platón y sobre esa base edificó Agustín de Hipona su filosofía (siglos IV-V) hasta que en el siglo XIII Tomás de Aquino revoluciona el cristianismo introduciendo el aristotelismo que provenía del mundo islámico. Un revolucionario.

Esto es lo que se encuentra un tal Guillermo de Ockham, otro heterodoxo más que valiente, a comienzos del siglo siguiente. Ockham es un aristotélico, algo más, tiene una formación tomista a la que se refiere continuamente. “Si tuviera respuestas para todo estaría explicando teología en París”, dice con cierta ironía en un momento. Sin embargo, incluye al Aquinate en la lista de esos autores de los que se confiesa enamorado. En realidad, la referencia más o menos lejana es Aristóteles. Dice Adso: “Mi maestro creía en Aristóteles y en los filósofos y en la lógica”. Qué provocador: un hombre de fe debe creer en Dios, pero Ockham cree también en Aristóteles y en la lógica. En realidad, la palabra no es creer, se cree en aquello que no se puede aceptar de ningún otro modo que no sea la fe.

Aristóteles funda la lógica, disciplina que se mantiene casi invariable hasta el siglo XIX. La lógica no tiene contenido, es pura forma, disciplina del pensamiento y del lenguaje. La lógica es el armazón al que tienen que ajustarse los contenidos empíricos, lo material. Con esos instrumentos tendremos que empezar a hacer ciencia. Y quién mejor que los franciscanos, esos materialistas de la iglesia. Lo fue Ockham, lo es Guillermo de Baskerville en la novela, no es azar. Como tampoco lo es que los dominicos sean los encargados de dirigir la Santa Inquisición, pese a que el propio Guillermo de Baskerville/Ockham tuviera en el pasado alguna responsabilidad a la que se alude. En el libro hay más información: en alguna ocasión absolvió a los acusados de herejía porque no había suficientes pruebas. Tras inquirir (que eso quiere decir “inquisición”: inquirir, averiguar) no hay suficientes pruebas (Aristóteles), no podemos condenar por una idea (Platón), ciñámonos a los hechos. Como vemos, también el Derecho debe ser empirista, ceñirse a pruebas, hacerse aristotélico.

Hay una secuencia maravillosa al comienzo de la película que habla del aristotelismo de Guillermo. También aparece algo similar -no igual- en el libro. En este enlace aparece comentado:


LandinLa visita al hermano herbolario también es digna de mención. Es un fraile friki, un tipo enamorado de su trabajo, que conoce las propiedades de todas las plantas que atesora: medicinales y no tanto. Recordemos que en griego fármaco designa a “aquella sustancia que sirve para prevenir, curar o aliviar una enfermedad, sus síntomas o sus secuelas. La palabra, como tal, proviene del latín pharmăcum, que a su vez la toma del griego φάρμακον (phármakon). Puede significar ‘remedio’, ‘antídoto’, ‘cura’ o, incluso, ‘droga’ o ‘veneno’” (1). Puro empirismo.

Toda la explicación que da al abad es también empirismo genuino. La comunidad monacal quiere creer que es el maligno el que ha provocado esa cadena de asesinatos. Vaya, un asesino múltiple tardomedieval. Eso es fácil y tranquilizador, exime a todos ellos. Lo sobrenatural es más fácil de comprender que lo natural, que exige estudio, tiempo, que no lo sabe todo. Dice Guillermo que  puede que el diablo exista, pero que esos crímenes los ha cometido alguien de este mundo y que, por supuesto, pueden desentrañare con ciencia de este mundo. Está escandalizando a los frailes, que se dejan seducir por el apocalíptico de turno que busca en la Biblia los signos de lo que está ocurriendo.

No, eso no es ciencia: se llama sesgo de confirmación y consiste en tener una creencia (más o menos absurda) y buscar apoyos para ella donde sea. En la película lo hacen en la Biblia y hoy lo hacemos… Efectivamente, en internet, fuente de toda clase de charlatanerías, supersticiones y peligrosas insensateces. Por eso, cuando alguien me dice que para qué estudiar si todo está en internet, le contesto que efectivamente está todo: el error, la mentira, los bulos, el terraplanismo, los charlatanes y toda esa caterva de mentirosos interesados y hasta de delincuentes peligrosos (pederastas, vendedores de sustancias peligrosas…). Hay que saber separar el grano de la paja. Es lo que se llama tener criterio: para ser crítico hay que tener criterio y me temo que eso sólo se consigue estudiando. Sí, eso que ha hecho, que sigue haciendo Guillermo: buscar en la naturaleza los signos y aplicarles una lógica de la investigación rigurosa. No olvidemos su nombre: Guillermo de Baskerville, un híbrido entre el filósofo Guillermo de Ockham y el detective creado por Arthur Conan Doyle Sherlock Holmes; el apellido lo toma de una de sus novelas, El perro de los Baskerville. Si alguien todavía cree que me lo invento, que piense en el nombre de su ayudante: Watson/Adso. Como le dice en una ocasión: “Elemental, mi querido Adso”.

Para terminar, alguna recomendación. Adso proviene originariamente de Melk, una ciudad austriaca con una extraordinaria abadía visitable. Allí no saben nada de esa familia, que inventó Umberto Eco, pero la abadía tiene una extraordinaria biblioteca, cómo no. La película, sin embargo, no se rodó allí, sino en una colina a las afueras de Roma y en el monasterio Kloster Eberbacj, cerca de Frankfurt, aunque Umberto Eco se inspiró en el monasterio Sacra di San Michele, al norte de Italia.

Sobre Sherlock Holmes se han filmado muchísimas películas con muchos actores. Recuerdo especialmente el Holmes que me maravilló de pequeño, interpretado por Peter Cushing. No es el único. Hoy podemos ver en muchas plataformas la adaptación al Londres del siglo XIX esas historias. Yo creo que no traicionan el original. La serie se llama Sherlock. También se han hecho unas películas fáciles de ver, con medios y todo eso, pero que han convertido a Holmes y a Watson en dos mamporreros. Me temo que os gustarán, pero no son nada aristotélicos, desde luego.

Ah, no creáis que os habéis librado del mito de la caverna. En el cine hay de eso para escribir varios libros. Yo seré más breve, dadme tiempo.




Texto del mito de la caverna:

Breve vídeo sobre el mito de la caverna:

Explicación y análisis del mito de la caverna:

Masterclass sobre El nombre de la rosa, por Víctor del Árbol:



Procedencia de las imágenes:
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Socrates_and_Plato_Socrates_y_Platon,_Escuela_de_Atenas,_Raffae.jpg
https://campus.usal.es/~revistamedicinacine/Vol_4/4.2/esp.4.2.htlm/rosa.htm
https://www.amazon.es/Hound-Baskerville-Black-reading-Training/dp/8431678208/ref=asc_df_8431678208/?tag=googshopes-21&linkCode=df0&hvadid=60462717315&hvpos=&hvnetw=g&hvrand=3162435258968874978&hvpone=&hvptwo=&hvqmt=&hvdev=c&hvdvcmdl=&hvlocint=&hvlocphy=9049234&hvtargid=pla-82953008460&psc=1

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