Se acaba el curso, este raro y duro curso en el que la
pandemia ha golpeado a tantos y nos ha privado de un tercio de la materia. Para
algunos seguro que ha sido motivo de alborozo, pero no: ha sido una catástrofe.
Sanitaria, eso lo primero, también económica; por supuesto, educativa.
Y yo he echado de menos cada uno de los días, los momentos en
clase. Creedme, estudiantes: es lo mejor de esta profesión. Os ahorro lo demás:
reuniones y burocracia, guardias, claustros, papeles, papeles y más papeles.
Algunos somos profesaurios, boomers, nos
alimentamos de tiza y palabras. A nosotros no nos va esto de la enseñanza on-line, que hemos hecho a la fuerza,
obligados por la ley y las circunstancias.
He reflexionado mucho sobre qué hacer. Con más tiempo y menos
encorsetamiento legal, me hubiera atrevido a diseñar un curso de cine y
filosofía. No he podido: nunca he trabajado tanto y tan mal como estas semanas.
Si a eso añadimos que tengo cinco asignaturas distintas y casi 200 alumnos (más
aún si cuento los pendientes de los que me ocupo), la tarea se hace imposible.
Podría no dormir, claro.
Ahora que es sábado estoy pensando en ello. Hablo mucho de
cine en clase, hago muchas referencias a él. Sé que algunos -pocos- apuntan en
agendas o en su cerebro títulos. Sé que algunos aprenderán algo. De hecho, una
alumna me escribió un correo electrónico en el que me decía que estos días, al
estar más tiempo con la familia, habían empezado a ver esas películas de La 2
que recomiendo siempre. Mira tú qué bien, una familia ganada para la causa del
buen cine.
También puse a los de 4º una actividad voluntaria, les di una
lista de películas relacionadas con la materia que tocaba ver este trimestre
casero, tanto en Filosofía como en Valores. Hice una ficha de cada una, no gran
cosa, pero una distinta para cada película que solicitaron. Están todas en este
blog, son públicas y puede utilizarlas cualquiera (agradecería, como es de ley,
que se referenciase). Tengo 60 estudiantes en Filosofía y 39 en Valores en ese
nivel. Recibí 15 y 12 trabajos sobre esa propuesta de tarea voluntaria. De
ellos, hay que decir que media docena eran ramplonas pérdidas de tiempo, apenas
dos líneas por pregunta, para salir del paso y decir que se ha hecho lo que en
realidad no se ha hecho. Me pregunto si es que les obligaron en casa o si creen
que eso basta. No me canso de repetir que en Filosofía no se resuelve un
problema, sino que se entiende, se explica, se analiza, a veces se pueden hacer
propuestas de resolución, pero no es una ecuación. El resto eran buenos,
algunos excelentes. Curiosamente, coinciden con los alumnos (salvo un caso,
alumnas) más interesados y más trabajadores. Alguna película era francamente
exótica: La bicicleta verde, saudí.
Otras muy largas y/o antiguas (La lista
de Schindler, ¿Vencedores o vencidos?…). Creo que puedo calificarlo de éxito. Me siento, como decía
Machado, como un agricultor. Sostenía ese maravilloso escritor que la tarea de
un profesor se parece a la de un agricultor: va esparciendo semillas, algunas
se secan, otras las comen los pájaros o caen en un pedregal, algunas germinan.
Claro, cuantas más germinen, mejor. Pues eso hago yo: arrojo semillas.
En los primeros cursos de la ESO me resulta más difícil. Son
una franja de edad muy complicada: no son niños, ya no, pero tampoco jóvenes
maduros. Quieren serlo pero tienen muy
recientes los juegos y juguetes de la infancia. En cine ocurre lo mismo: la sombra
de Disney es alargada. Y, me van a
perdonar, yo aún arrastro el trauma de la muerte de Bambi, que contemplé cuando
era un tierno infante. Me parece que Disney ha seguido esa estela de crueldad: Dumbo, Buscando a Nemo, El rey león…
En todos hay elementos traumáticos que no sé yo… En todo caso, no discuto sus
méritos, pero lo que utilizo con mis estudiantes son esas películas que pueden
ver niños, jóvenes, adultos… Estoy hablando de estos títulos: Antz, Up, Inside out, Cadena de favores, Wonder… Ya iremos hablando
de ellos, también remito al blog.
De momento, basta por hoy. En el post con el que empiezo este
“Diario de un profesor peliculero” sólo quería presentarme y decir que esto no
es académico ni en materia ni en tono, sino muy
personal. No va a ser sistemático ni esto es una guía para nadie. Pretendí
hacerlo, pero no tengo tiempo, no suficiente; tal vez cuando me jubile, en vez
de jugar al dominó y a la petanca, me ponga con ello. De momento, hablaré
erráticamente de cine, de esos títulos que a veces nombro, de pasada, en clase,
con la esperanza (¿vana?) de que alguien vea esa película que ilustra
maravillosamente el tema con el que estamos en clase.
Nietzsche subtituló su Así
habló Zaratustra así: “un libro para todos y para nadie”. Pues eso mismo.
Yo escribo esto para todos en general
(quien quiera leer, que lo haga) y para nadie en particular. Como este
es mi blog lo haré como me parezca y cuando me parezca.
Procedencia de las imágenes (los enlaces suelen ser interesantes):
https://www.cinemanet.info/2011/10/cine-filosofia-y-educacion/
https://www.cinemanet.info/2012/04/platon-la-rosa-purpura-de-el-cairo-woody-allen-o-como-salir-de-la-caverna-el-paso-de-la-opinion-al-conocimiento-y-teoria-de-las-ideas/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se ruega educación en los comentarios. No se publicarán los que incumplan los mínimos. El moderador se reserva el derecho de corregir la ortografía deficiente.