De entre todas las películas de juicios hay
algunas más que magníficas. Ya hemos hablado de Doce hombres sin piedad, de Hannah
Arendt y también, largamente, de Matar
a un ruiseñor. Repaso el catálogo de Filmin y hay algunas más de esas que
no te puedes morir sin haber visto. De modo que déjate un par de ellas por ver,
por si acaso no hay otra vida o por si en la vida eterna no hay multisalas.
Creo que volvería a ver con gran placer Vencedores o vencidos: el juicio de Núremberg
(Stanley Kramer, 1961) y también Anatomía
de un asesinato (Otto Preminger, 1959), Testigo
de cargo (Billy Wilder, 1957), El
proceso Paradine (Alfred Hitchcock, 1947), La herencia del viento (Stanley Kramer, 1960)… Y también algunas
que no están ahí y que me interesan especialmente: por ejemplo, Yo confieso (Alfred Hitchcock, 1953) y Galileo (Liliana Cavani, 1968);
creo que esta última tiene mucha relación con La
herencia del viento. Dedicaré algún tiempo en otra entrada a alguna
película que habla de los juicios por el divorcio y custodia de los hijos;
estoy pensando especialmente en Kramer contra
Kramer (Robert Benton, 1979) y en la reciente Historia de un matrimonio (Noah Baumbach, 2019).
Es imposible hablar de todas y mucho de lo que
puedo decir está referido en entradas anteriores. No obstante, Vencedores o vencidos sí merece unas
líneas. En primer lugar, me resulta muy extraño que en unos sitios se cite sin
interrogantes y en otros con ellos (¿Vencedores
o vencidos?), introduciendo una ambigüedad moral bastante chocante;
ambigüedad que, por cierto, no tiene en el título original: Judgment at Nuremberg. ¿A quién apunta
el título exactamente, a los aliados, a los que se les señala también como
derrotados?; y, si es así, ¿en qué sentido? ¿O apunta, peor aún, a los nazis, a
los que se concede el calificativo moral de “vencedores” pese a haber sido
vencidos? Innecesario y tendente a la interesada confusión.
El director muestra en una
película de muchos minutos un juicio que tuvo lugar y
que plantea grandes interrogantes morales, legales y políticos. En primer
lugar, se trata de un juicio que los vencedores imponen a los vencidos. Hasta
aquí ninguna novedad histórica, la rareza hubiera sido lo contrario. Es más, no
pocas guerras se prolongan con la venganza posterior, la humillación en el
tiempo y la dependencia hacia el vencedor. En realidad, no hubo un juicio de
Núremberg, sino varios (Nürnberg Prozesse).
Son más conocidos que los que narra la película los llevados a cabo también en
Núremberg contra 24 de los jerarcas del régimen hitleriano; tuvieron lugar
entre noviembre de 1945 y octubre de 1946 y, por cierto, un testigo fundamental
fue el español Francesc Boix, cuya
experiencia se cuenta en la película El
fotógrafo de Mauthausen (Mar Targarona, 2018). Sólo tres de los acusados
fueron absueltos, el resto fue condenado a amplias penas, a cadena perpetua o a
muerte. Al final se ofrecen varios enlaces con más información al respecto.
En Vencedores o vencidos se cuenta algo distinto: el llamado “Juicio
de los jueces”, al igual que hubo otro “Juicio de los médicos”. En todos ellos,
dada la situación de posguerra se plantea el tema de la legitimidad de los jueces
y, por extensión, la pregunta por la justicia. Ya sabemos que Platón dedicó su República a este tema y la amplia
repercusión que tuvo en Occidente, seguramente el libro más influyente de toda
la filosofía occidental. Aquí es esencial. El director eligió para este papel
al conocido actor Spencer Tracy, con el que acababa de rodar La herencia del viento. En ambos casos,
el actor compone un personaje comprometido con un sentido de la justicia que va
más allá del puro formalismo o positivismo jurídico. Más bien encarna al
iusnaturalismo, pese a que en La herencia
del viento tiene que combatir dialécticamente a intolerantes religiosos que
hacen pasar por ley natural lo que no es más que un conjunto de creencias que
no todos comparten, fijadas en un libro que ellos consideran sagrado.
Resumiendo, si buscamos el
significado de “positivismo jurídico” y de “iusnaturalismo” nos encontramos
esto: “El positivismo jurídico está íntimamente
ligado al desarrollo del Estado contemporáneo. El punto de partida es la
reducción del objeto de la Ciencia Jurídica al conocimiento del conjunto de
normas que constituyen el Derecho vigente o positivo. El jurista se limita en
su análisis al Derecho dado o puesto absteniéndose de cualquier valoración
ética o de cualquier consideración sobre la imbricación de la norma con la
realidad (1). Por el contrario, el Diccionario
panhispánico del español jurídico define de esta manera el iusnaturalismo:
“Concepción filosófica que proclama una idea unitaria y global del derecho como
conjunto de valores universales previos al derecho positivo en los que debe
inspirarse. (…) Según esta concepción
teórica, el derecho positivo, para ser verdadero derecho, no puede contradecir
las exigencias del derecho natural”.
Aún más resumido
(y algo caricaturizado): el derecho positivo diría que las leyes son las que
son y el iusnaturalismo que las leyes deben
ser justas, naturales, y que no
deberían existir leyes injustas, eso sería una contradicción en los términos,
un oxímoron jurídico. Desde luego, el juez ha de atenerse a las leyes que
existen, las de los vencedores en el caso de la película, pero el juez que
interpreta Spencer Tracy también es un adalid de la justicia sin fronteras. Da la sensación de que hubiera hecho lo
mismo en una situación inversa. El problema es que no hay situación inversa y
que los múltiples intentos de una legislación universal con implicaciones
penales han sido, en el mejor de los casos, loables intentos. Entre ellos, me interesa especialmente el
formado por los filósofos Bertrand Russell y Jean-Paul Sartre en 1966 para
evaluar los abusos cometidos por Estados Unidos en la Guerra de Vietnam.
Como todos los
estudiantes y cualquier persona se pueden figurar, los estados más poderosos han
presionado para que todas esas instituciones (incluida la ONU) estén bajo su
control o, directamente, desactivar su funcionamiento eludiendo su
participación o infrafinanciándolas. Viejos trucos. A nadie le interesa que se
investiguen sus trapos sucios. La ingenuidad, a estas alturas de la Historia, es ya muy
poca. Y una cosa es que esos tribunales sean necesarios y otra muy distinta que
se permita que funcionen a pleno rendimiento y sin interferencias. Por la
justicia y por la democracia hay que pelearse a diario. La libertad y la
dignidad no son naturales, pese a que el derecho natural pretenda que
pertenecen a la naturaleza humana y son irrenunciables, afirmaciones que
comparto al menos en parte, pero que no pueden darse por hechas ni para
siempre. Una cosa es lo que es y otra
lo que debe ser, algo que me toca
explicar muy a menudo en clase cuando me dicen -como si me hubiera caído ayer
del guindo- que los Derechos Humanos no se dan en casi ningún lugar o que los
gobiernos nos mienten y que los que tienen la pasta son los que mandan. Bueno, por
otro lado, me alegro de que exista esa conciencia de que algo está mal, es el
primer paso (no el único) para procurar que luego esté bien o al menos mejor.
El cinismo a los catorce años es algo raro, casi una patología, normalmente un
conjunto de consignas tomadas de los alrededores tóxicos. Por eso, incluso a
mis estudiantes más resabiados les gustan estos personajes, porque lo que me
dicen -y que obviamente no han ideado ellos- es una máscara, porque algunos se
ponen la venda antes de la herida.
Son demasiados los temas que
aparecen en la película. Imposible tratarlos. Pero sí al menos voy a enunciar
brevemente dos de ellos.
Se habla de la eugenesia (la aplicación de los conocimientos
sobre biología a la supuesta mejora de la raza), sueño de los regímenes
totalitarios aspirantes a la raza pura. Los defectuosos han de eliminarse y en
ello colaboraron no solo los nazis más primitivos, sino también jueces y
médicos. Veremos algo más al respecto con Gattaca
(Andrew Niccol, 1997), prototípica película de un futuro distópico en la que
vemos más próximas estas posibilidades.
El asunto de la responsabilidad
individual y su inserción en la responsabilidad social y política también es
central. Se dice acertadamente que Hitler ganó las elecciones, es decir, los
alemanes le hicieron canciller con sus votos. Pero seguramente ninguno de ellos pensó en
que utilizaría la democracia para acabar con ella. ¿En qué sentido fue
responsable el pueblo alemán?, ¿se es responsable por ignorancia voluntaria o
esto es complicidad?, ¿durante cuánto tiempo deben seguir purgando su culpa?, ¿genera esta culpa algún tipo de
deuda (y no solo hablo de deuda
material)? Y, yendo a nuestro tiempo y país, ¿no somos responsables los
españoles de aquello a lo que votamos? Nos encanta criticar al gobierno, al que
sea, olvidando según parece que no están ahí por voluntad divina, sino por el
recuento de los votos de la ciudadanía. O por su ausencia playera, o por su
voto folclórico, que de todo hay.
Hemos visto muchas películas sobre
la Segunda Guerra Mundial. Mucho maniqueísmo, desde luego: buenos buenísimos y
malos horribles, feos e imbéciles. Casi todas rodadas desde el bando que ganó
la guerra, por lo que no hay muchos matices y sí trazo grueso. Las películas de
juicios, sin embargo, nos fuerzan a pensar más, a ir más allá. No desde luego
para justificar atrocidades sin posible justificación, sino para hacernos
preguntas que deben ser contestadas o, al menos, reflexionadas: preguntas por la
justicia, la responsabilidad, la legitimación, la raza, el concepto de
humanidad… Son muchas y ninguna es fácil.
(1) https://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?params=H4sIAAAAAAAEAMtMSbF1jTAAAUNTY1NjtbLUouLM_DxbIwMDC0MDI3OQQGZapUt-ckhlQaptWmJOcSoAaUZUozUAAAA=WKE
(1) https://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?params=H4sIAAAAAAAEAMtMSbF1jTAAAUNTY1NjtbLUouLM_DxbIwMDC0MDI3OQQGZapUt-ckhlQaptWmJOcSoAaUZUozUAAAA=WKE
Sobre
los tribunales internacionales de justicia:
Sobre la película Vencedores o vencidos:
Sobre los Juicios de
Núremberg:
Cómo ver la película:
He encontrado este enlace en el
que puede verse la película (supongo que es legal, lo eliminaré si no es el
caso):
También puede verse en una
plataforma de pago:
Galileo subtitulado en español:
Procedencia de las imágenes:
https://www.filmaffinity.com/es/movieimage.php?imageId=895341275
https://www.filmin.es/pelicula/vencedores-o-vencidos-el-juicio-de-nuremberg
https://www.filmaffinity.com/es/film895828.html
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