Sería una vileza no agradecer a los estupendos profesores que he tenido su trabajo. De mi época en la universidad recuerdo a algunos. Dos de ellos (que esto no se divulgue, por favor) me suspendieron un examen parcial: Adela Cortina, que me dio un 4, y Fernando Montero, que me puso un 3. Ambas notas merecidas, incluso infladas, aunque en su tiempo me escocieron. Los dos fueron excelentes y el suspenso sólo es mérito mío. De ambos aprendí muchísimo. Al profesor Montero ya no podré agradecérselo porque nos dejó en 1995. A Adela Cortina lo hice hace unos años, en un congreso de filosofía, en Cuenca. No hablo del suspenso, claro, sino de todo lo que aprendí de ella y con ella, que nos hizo leer libros imprescindibles y combinaba rigor y saber. Creo que en eso consiste ser profesor, sin métodos mágicos: saber, conocimiento, trabajo intenso.
La Generalitat Valenciana ha concedido a la profesora Adela Cortina su Alta Distinción, junto a otros dos premiados en los Premios 9 d'octubre. Justísimo: es uno de esos casos en los que el premiado honra al premio. Me alegro, me alegro mucho.
Y por eso escribo esto ahora para mis estudiantes, por si alguno tiene interés en conocer quién es esa profesora, esa filósofa. Aquí abajo hay algunos enlaces. Para empezar. Porque en esto del conocimiento, empezar es un no parar.
Imágenes:
https://elpais.com/sociedad/2013/01/23/actualidad/1358971498_695654.html
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