Tiene el común de los mortales querencia a creerse más de lo que son. Las redes sociales colaboran negativamente y muchos consideran que tienen muchos amigos, que hacen buenas fotografías, que su vida es fascinante o que tienen pensamientos originales. No tienes más que cotillas, vida mediocre y ocurrencias que ni siquiera son originales.
Ese afán de tantos por creerse más de lo que son, un ego hipertrofiado y con muchas capas de plástico -para impermeabilizarlo a la crítica- les hace incapaces de ver más allá de sus narices. A no ser, claro, que quieran el reconocimiento bovino de quien está por encima, para lo cual no dudarán en ejercer de capataces, casi dueños, con los subordinados.
La función de esclavo de César que dice la verdad habría que recuperarla. Pero ¿quién quiere la verdad teniendo el postureo y el fingimiento?
Y en esto me he encontrado con este tuit de Gregorio Luri.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se ruega educación en los comentarios. No se publicarán los que incumplan los mínimos. El moderador se reserva el derecho de corregir la ortografía deficiente.